En esta publicación yo deseo comentar de los tres primeros capítulos de Historia Mínima de la Lengua Española, como lo que me llamó la atención, lo que me destacó y lo que he aprendido. El primer capítulo empieza exponiendo los pueblos prehistóricos de Iberia, y las huellas que dejaron. Esto es bastante interesante pero realmente no tiene nada que ver con la evolución de la lengua española, como no se ha comprobado ningún vínculo entre los idiomas de estas poblaciones y el castellano.
El capítulo sigue contando de los Iberos, que probablemente descendieron de los neolíticos, y de sus semisilibarios que usaban. Esto me provocó la curiosidad, y busqué fotografías de la escritura levantina, y resulta que al menos para mí se ve muy parecida a la escritura de los antiguos nórdicos. La similtud al alfabeto griego es obvio, pero todavía es bastante diferente el aspecto.
Aunque los Iberos no eran Indo-Europeos, sus idiomas influyeron a muchos de los nombres de lugares en lo que hoy en día es España. Barcelona, Sevilla y Córdoba todas son ciudades cuyos nombres tienen orígenes Iberos. Esto es un patrón que se puede encontrar alrededor del mundo, quizá más notable acá en México, donde los nombres de muchos lugares vienen de idiomas nativos, hasta el nombre del mismo país. Inclusivo en Estados Unidos, una gran cantidad de los nombres de varios estados proviene de lenguas nativas, tal como los de Massachusetts, Ohio y mi estado, Utah.
Según la lectura, alrededor de los 800 años a.C. los celtas llegaron en la peninsula ibérica. Después llegaron los fenices y los griegos, construyendo colonias principalmente en la costa. Cada uno de estes civilizaciones dejó su huella en el castellano moderno y la historia de la peninsula ibérica, pero ninguno al mismo nivel de los romanos y su entrada a la peninsula alrededor de 20 años d.C.
Los romanos trajeron el latín, que se separó en dos, el latín vulgar y el latín "educado". Los "errores" presentes en textos de latín vulgar ya son estudiados por linguistas como el comienzo de la formación de estructuras gramáticas nuevas, y la creación de la lengua española.
De todos modos me fascinaron mucho los tres capítulos, a pesar de tener unos problemas con el vocabulario que se ocupó. Lo que me gusta más sobre el estudio de la lengua es la habilidad de hacer conexiones entre experiencias distintas, por ejemplo, lo de como idiomas nativos suelen quedarse en las lenguas de habitantes de lugares donde los hablantes del idioma original ya no son la mayoria, o en algunos casos ya no existen, todo en la forma de los nombres de los lugares que dejaron a trás.
La manera en la que decidiste publicar lo que te llamó más la atención me gustó mucho, explicas muy bien esos temas y se notan que enserio te sentiste atraído a esas ideas. Buen trabajo.
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