Un semestre ha pasado desde hace abrí este blog y empecé a llenarlo de no solo de tareas para mi clase, sino también de mis experiencias y aprendizajes propios, y mis intereses y perspectivas. El profesor quería que convertieramos nuestros blogs en un espacio de expresión personal y de trabajo duro. Tengo que admitir que entre todas mis tareas y los varios blogs que he tenido que mantener actualizados para mi beca, que me permite estar aquí en México, no he tenido tiempo para darle la atención a este blog que merece y que quisiera el profesor. A pesar de esto, todavía creo que he contribuido un toque personal, aprendido mucho y desarrollado un lado más artístico de mi ser que no sabía existía, y espero que les haya gustado, queridos lectores.
Los poemas que he escrito en este blog me han ayudado a encontrar un método de productividad creativa que estoy emocionado por ocupar en el futuro. Siempre odiaba a los trabajos creativos, y les soy sincero, cuando vi las tareas de los poemas, me decepcioné muchísimo, pensando que todo me haría sufrir bastante. Y sí sufrí, pero también aprendí a apreciar y hasta disfrutar el proceso de escribir un poema.
A respecto al principio del curso, las lecturas se me hicieron muy difícil, no tanto en su contenido sino en su inmensidad, que me dificultó debido a las otras tareas y obligaciones que tenía en ese entonces, y por mi falta de experiencia con el español. Sin embargo leí lo tanto que podía porque sabía que era la única forma de mejorar, y sí mejoré. Aunque todavía me falta mucho por mejorar en mi español, considero que los contenidos de mis cursos y la experiencia cotidiana de vivir acá me ha ayudado mucho. Ahora puedo hablar, entender y pensar más rápido en español que cuando llegué en agosto.
Ahora quisiera reflexionar un poquito sobre mis favoritas memorias de la clase. Para mi me destaca cuando tocó la guitarra y cantó mi compañero, Ezequiel. Igualmente siempre recordaré la experiencia que nos compartió el profesor sobre su abuela que al fin de su vida, hablaba en frases octosílabas, como las líneas de un romance. Después cantó un romance que escuchaba en su niñez, y se podía sentir la emoción y la conexión a tierras lejanas y generaciones pasadas presente en su voz, fue el tipo de experiencia que constituye un aprendizaje mil veces más valoroso, o al menos impactante, que aprender los años de la invasión visigódica. Así que puedo decir que en esta clase, no solo aprendí historia, gramática y filología, sino también conocí nuevas personas, escuché sus experiencias y disfruté de un aprendizaje más humanista, algo que siempre voy a apreciar.
Con mucho pésame y dolor, me veo obligado a despedirme de este país hermoso y de los amigos verdaderos y queridos que he conocido aquí. A mis compañeros de clase, gracias por compartir esta experiencia conmigo, sepan que los aprecio y que los extrañaré.
¡Viva México!
Tim Austin
Los poemas que he escrito en este blog me han ayudado a encontrar un método de productividad creativa que estoy emocionado por ocupar en el futuro. Siempre odiaba a los trabajos creativos, y les soy sincero, cuando vi las tareas de los poemas, me decepcioné muchísimo, pensando que todo me haría sufrir bastante. Y sí sufrí, pero también aprendí a apreciar y hasta disfrutar el proceso de escribir un poema.
A respecto al principio del curso, las lecturas se me hicieron muy difícil, no tanto en su contenido sino en su inmensidad, que me dificultó debido a las otras tareas y obligaciones que tenía en ese entonces, y por mi falta de experiencia con el español. Sin embargo leí lo tanto que podía porque sabía que era la única forma de mejorar, y sí mejoré. Aunque todavía me falta mucho por mejorar en mi español, considero que los contenidos de mis cursos y la experiencia cotidiana de vivir acá me ha ayudado mucho. Ahora puedo hablar, entender y pensar más rápido en español que cuando llegué en agosto.
Ahora quisiera reflexionar un poquito sobre mis favoritas memorias de la clase. Para mi me destaca cuando tocó la guitarra y cantó mi compañero, Ezequiel. Igualmente siempre recordaré la experiencia que nos compartió el profesor sobre su abuela que al fin de su vida, hablaba en frases octosílabas, como las líneas de un romance. Después cantó un romance que escuchaba en su niñez, y se podía sentir la emoción y la conexión a tierras lejanas y generaciones pasadas presente en su voz, fue el tipo de experiencia que constituye un aprendizaje mil veces más valoroso, o al menos impactante, que aprender los años de la invasión visigódica. Así que puedo decir que en esta clase, no solo aprendí historia, gramática y filología, sino también conocí nuevas personas, escuché sus experiencias y disfruté de un aprendizaje más humanista, algo que siempre voy a apreciar.
Con mucho pésame y dolor, me veo obligado a despedirme de este país hermoso y de los amigos verdaderos y queridos que he conocido aquí. A mis compañeros de clase, gracias por compartir esta experiencia conmigo, sepan que los aprecio y que los extrañaré.
¡Viva México!
Tim Austin
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